El itinerario por lo mejor de Lisboa continúa en Sintra, para disfrutar de este último día repleto de edificaciones históricas, paisajes alucinantes y bellezas naturales. Comenzamos el día con un paseo por el Palacio Nacional de Queluz.

Es uno de los palacios más bellos y elegantes de Portugal, construido en el siglo XVIII como residencia de verano de la familia real. El palacio se inspira en el estilo rococó francés y está rodeado de unos jardines magníficos que combinan elementos clásicos y barrocos.

Uno de los sitios que más te recomiendo visitar del Palacio es el interior, ya que alberga salas suntuosas con muebles originales, tapices, pinturas y azulejos. Entre las estancias más destacadas se encuentran el Salón del Trono, la Sala de Música, la Capilla Real y el Pabellón Robillón.

El Palacio Nacional de Queluz fue construido a lo largo de varias etapas entre 1747 y 1786 por encargo del infante Pedro III y su esposa María I, futuros reyes de Portugal. Se levantó sobre una antigua quinta que pertenecía a la Casa del Infantado, los bienes que correspondían al segundo hijo varón del rey Juan IV.

Su arquitecto principal fue Mateus Vicente de Oliveira, que diseñó el cuerpo central del palacio con una fachada simétrica en colores pastel y dos torres laterales. Posteriormente intervino Jean Baptiste Robillon, que añadió las alas laterales con los pabellones cilíndricos y los jardines ornamentales.

En su época fue la residencia principal de la familia real desde 1794 hasta 1807, cuando tuvieron que huir a Brasil debido a la invasión francesa. Hoy por hoy es uno de los principales atractivos turísticos en la capital de Portugal y desde luego un imperdible en nuestro itinerario.

Si realizas la compra de este itinerario, accederás a información secreta sobre varios hechos históricos asociados al Palacio y a sus residentes originales.

¿Qué te parece conocer el punto más occidental de Europa? Precisamente es lo que verás en El Cabo da Roca. Se trata de un cabo salvaje y accidentado que marca el punto más occidental de la Europa continental. Desde sus acantilados, que se elevan 140 metros sobre el océano Atlántico, se puede contemplar una vista panorámica impresionante del mar y la costa.

El lugar tiene un encanto especial por su atmósfera remota, que se intensifica por la escasez de desarrollo urbanístico en la zona. Solo hay un faro, una cafetería y una tienda de regalos donde se puede obtener un certificado personalizado que confirma la visita al Cabo da Roca. Así que no te puedes ir de Lisboa sin tu certificado personal…

Además de su belleza natural, el Cabo da Roca también tiene un valor histórico y literario. Hasta el siglo XIV se creía que era el fin del mundo, hasta que los navegantes portugueses se aventuraron a explorar nuevos territorios. El poeta Luís de Camões lo describió como “el lugar donde la tierra se acaba y el mar comienza” en su obra maestra “Os Lusíadas”.

Si te gusta hacer senderismo o disfrutar de la naturaleza salvaje, puedes seguir algunas de las rutas que serpentean por la cima de los acantilados o bajan hasta calas preciosas como la Praia da Ursa o la Praia da Adraga. Eso sí, si dejas este sitio para el final, te recomiendo contemplar el atardecer para ver cómo los últimos rayos dorados del sol iluminan el océano.

El tour por Lisboa no podría estar completo si no visitas Cascais. Se trata de una villa marinera con mucho encanto que se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares cerca de Lisboa.

Su origen se remonta al siglo XII, cuando era un pequeño puerto pesquero. En el siglo XIX, se convirtió en la residencia veraniega de la familia real portuguesa y de la aristocracia europea, lo que le dio un aire elegante y cosmopolita.

Cascais tiene mucho que ofrecer a sus visitantes: un casco histórico lleno de edificios señoriales y museos; una amplia oferta gastronómica basada en el pescado fresco y los dulces tradicionales; unas playas hermosas donde practicar deportes acuáticos o relajarse al sol.

Sumado a todo lo anterior, verás unos parques naturales donde admirar la flora y fauna local y unas vistas espectaculares del océano desde su paseo marítimo o desde su famosa Boca do Inferno (Boca del Infierno), una formación rocosa erosionada por las olas. Así que te recomiendo destinar un tiempo importante para conocer lo mejor de esta preciosa villa y así finalizar con broche de oro tu itinerario de 1 semana por Lisboa.