El tour por Montpellier empieza con una visita al Museo Fabre, uno de los museos de arte más importantes de Francia. El Museo Fabre se encuentra en el centro histórico de la ciudad, cerca de la plaza de la Comedia. Fue fundado en 1825 por François-Xavier Fabre, pintor y coleccionista de Montpellier, que donó sus obras y su mansión a la ciudad.

El Museo Fabre alberga más de 900 obras de arte, que abarcan desde el siglo XV hasta el XXI. Podrás admirar pinturas, esculturas, dibujos y artes decorativas de artistas como Delacroix, Courbet, Bazille, Monet, Degas, Renoir, Cabanel, Soulages o Vieira da Silva. El museo también ofrece exposiciones temporales y actividades culturales y educativas para todos los públicos.

El recorrido por el museo se puede hacer siguiendo un orden cronológico o temático. El museo tiene 28 salas que se distribuyen en tres plantas. En la planta baja se encuentran las colecciones del siglo XV al XVIII, con obras de maestros italianos, franceses y holandeses.

En la primera planta se encuentran las colecciones del siglo XIX al XXI, con obras del romanticismo, el realismo, el impresionismo, el fauvismo y el arte contemporáneo. En la segunda planta se encuentran las colecciones de dibujos y artes decorativas.

También tiene una biblioteca, una tienda y un auditorio. El museo ofrece visitas guiadas, audioguías y aplicaciones móviles para facilitar la comprensión y el disfrute de las obras. Del mismo modo, se organizan conferencias, talleres y conciertos para difundir el arte y la cultura.

Horario de apertura: de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. Tarifas: 10 euros para adultos, 7 euros para estudiantes y jóvenes de 18 a 25 años y gratis para menores de 18 años.

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Después de visitar el Museo Fabre, te recomiendo hacer un paseo por el Jardín Botánico de Montpellier, un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza. El Jardín Botánico se encuentra a unos 10 minutos a pie del museo, cerca del Arco del Triunfo y la Catedral.

Es nada más y nada menos que el más antiguo de Francia y uno de los más antiguos de Europa. Fue creado en 1593 por orden del rey Enrique IV, bajo la dirección de Pierre Richer de Belleval, profesor de botánica y anatomía. El jardín tiene una superficie de 4,6 hectáreas y alberga más de 2500 especies de plantas y animales.

El Jardín Botánico es un lugar que te sorprenderá por su diversidad y su belleza. A lo largo del jardín, verás jardines temáticos, invernaderos, estanques, fuentes y esculturas. Entre las especies más destacadas se encuentran árboles centenarios, plantas medicinales, plantas exóticas, plantas acuáticas, cactus y bonsáis.

El recorrido por el jardín se puede hacer siguiendo un mapa o un folleto que se proporciona en la entrada. El jardín también tiene una biblioteca, un herbario y un laboratorio. Ofrece visitas guiadas y talleres para descubrir la historia y los secretos del jardín. Podrás aprender sobre la botánica, la ecología, la biodiversidad y el uso de las plantas.

Horario de apertura: de martes a domingo, de 12:00 a 18:00 horas (de octubre a mayo) o de 12:00 a 20:00 horas (de junio a septiembre). Tarifas: entrada gratuita.

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Luego de visitar el Jardín Botánico, te sugiero hacer una visita al acueducto de Saint-Clément, uno de los monumentos más impresionantes y emblemáticos de Montpellier. El acueducto se encuentra a unos 20 minutos a pie del jardín, cruzando el barrio de Arceaux.

El acueducto de Saint-Clément fue construido en el siglo XVIII para abastecer de agua a Montpellier. Fue diseñado por el ingeniero Henri Pitot de Launay, que se inspiró en el Puente del Gard, un acueducto romano del siglo I. El acueducto conecta el manantial de Saint-Clément con la torre de agua del paseo de Peyrou, a una distancia de 14 km.

El acueducto es una obra maestra de la ingeniería y la arquitectura. Está formado por una doble fila de arcos que alcanza una altura de 22 m y una longitud de 880 m. El acueducto da nombre al barrio que atraviesa, les Arceaux, donde se puede disfrutar del ambiente y del mercado que se instala los martes y sábados por la mañana.

El acueducto es un lugar que te ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad y de sus símbolos más representativos, como el Arco del Triunfo, la Catedral o el Castillo de Agua. Ten en cuenta que el acueducto no se puede visitar por dentro, solo se puede admirar desde el exterior.

Una propuesta poco común pero muy interesante (sobre todo si te gusta el futbol), es visitar el Estadio de la Mosson, el estadio de fútbol de la ciudad, donde juega el Montpellier Hérault Sport Club, el equipo local. El Estadio se encuentra en el noroeste de la ciudad, a unos 30 minutos en tranvía o en coche desde el centro.

El Estadio de la Mosson fue inaugurado en 1972 y tiene una capacidad para 32 900 espectadores. Es uno de los estadios más modernos y confortables de Francia. Ha sido sede de importantes eventos deportivos, como la Eurocopa 1984, el Mundial 1998, el Mundial Femenino 2019 o la Copa Mundial de Rugby 2007.

Es un lugar que te hará sentir la pasión y la emoción del fútbol. Podrás ver un partido del Montpellier HSC o hacer una visita guiada por las instalaciones del estadio. Podrás acceder al terreno de juego, a los vestuarios, a las gradas, a la sala de prensa y al museo del club.

Durante el paseo por el estadio notarás que allí mismo se ofrecen visitas guiadas los días que no hay partido, con una duración de una hora y media, opción que te animo a considerar. El estadio también ofrece audioguías y folletos informativos para complementar la visita.

Después de visitar el Estadio de la Mosson, te animo a cenar en el restaurante La Table de Biar, uno de los mejores restaurantes franceses de Montpellier. El restaurante La Table de Biar se encuentra a unos 2.5 kilómetros del estadio, cerca del río Mosson. Ofrece platos típicos de la cocina francesa, elaborados con productos frescos y de calidad.

El restaurante La Table de Biar es un lugar acogedor y elegante, donde podrás degustar la gastronomía y la cultura de Francia. Entre los platos que podrás probar se encuentran la sopa de cebolla gratinada, el foie gras y el steak tartare. El restaurante también tiene una carta de vinos franceses, así como cócteles y licores.

Además de estos deliciosos platos, también podrás disfrutar de la música y el ambiente francés. El restaurante organiza espectáculos en vivo con cantantes y músicos que te harán sentir el ritmo y la alegría de este país. También podrás aprender algunas palabras y frases en francés, como por ejemplo “bonjour”, que significa “buenos días”, o “merci”, que significa “gracias”.

Termina tu cena en el restaurante La Table de Biar con un café o un té, una bebida caliente y reconfortante que te hará sentir el sabor y el calor de Francia.